En el corazón de Jalisco, en el pintoresco pueblo de Cuquío, late una historia que ha atravesado siglos, llena de misterio, fe y milagros. Es la leyenda del Señor de Teponahuasco, una imagen sagrada de Cristo crucificado que no solo es un símbolo religioso, sino el guardián espiritual que ha protegido a su gente en los momentos más oscuros.
Un milagro en tiempos de Peste.
Corría el siglo XVII, y el pueblo de Teponahuasco estaba sumido en la desesperación. Una terrible peste azotaba la región, llevándose vidas y sembrando el miedo en cada hogar. Fue entonces cuando los frailes trajeron consigo una imagen del Señor crucificado, tallada con devoción y misterio, que rápidamente se convirtió en la esperanza de todos.
La leyenda dice que, desde el momento en que el Señor de Teponahuasco fue colocado en la iglesia, la peste comenzó a desaparecer como por arte de magia. Los enfermos sanaban, las familias recuperaban la alegría y la paz regresaba a las calles. Los habitantes comprendieron que no era una imagen cualquiera: ¡era un verdadero milagro hecho de madera y fe!
El robo imposible.
Pero la fama del Señor de Teponahuasco no tardó en llegar a pueblos vecinos. En Tacotlán, codiciaban la imagen y, una noche, un grupo de hombres intentó llevársela sin permiso. Sin embargo, algo sobrenatural ocurrió: la imagen se volvió tan pesada que ni con toda su fuerza pudieron moverla ni un centímetro. Cansados y asustados, tuvieron que devolverla a su lugar sagrado, entendiendo que el Señor no quería abandonar su hogar.
La fiesta que une a todo un pueblo.
En el corazón de Jalisco, en el pintoresco pueblo de Cuquío, late una historia que ha atravesado siglos, llena de misterio, fe y milagros. Es la leyenda del Señor de Teponahuasco, una imagen sagrada de Cristo crucificado que no solo es un símbolo religioso, sino el guardián espiritual que ha protegido a su gente en los momentos más oscuros.
Las calles se visten de papel picado, alfalfas y flores, mientras las danzas tradicionales y los cantos llenan el aire. Los fieles caminan con fervor, algunos incluso descalzos, en señal de respeto y gratitud. Es una fiesta que no solo celebra la fe, sino la identidad y el alma de todo un pueblo.
El guardián contra el dragón de agua.
Pero la leyenda va aún más allá. Se dice que en el cerro cercano habita un dragón de agua, una criatura mítica que amenaza con inundar el pueblo en tiempos de lluvias intensas. Cuando el peligro se acerca, el Señor de Teponahuasco “pasa el temporal” en Cuquío, alejando la tormenta y protegiendo a su gente de la destrucción.
Así, este Cristo crucificado no solo es un símbolo de fe, sino un verdadero guardián, un héroe silencioso que vela por su pueblo desde hace siglos.
Grupo Jóvenes Cuquío. (s.f.). Historia del Señor de Teponahuasco. Cuquío Altavoz. Recuperado de https://grupojovenescuquio.wixsite.com/cuquio-altavoz/blank-x4xga
Historia del Señor de Teponahuasco | cuquio-altavoz. (s. f.). Cuquio-altavoz. https://grupojovenescuquio.wixsite.com/cuquio-altavoz/blank-x4xga
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