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Martín Gil: el gavillero que aterrorizó Jalisco.

En los cañones de la Sierra del Tigre, donde el viento silba entre los cardones, aún se escuchan los relinchos fantasmas de las mulas que cargaban el botín maldito. Esta es la historia de Martín Gil, el bandido que enterró tesoros con sangre y sembró el miedo en el México del siglo XIX.

I. El origen del mito.
Corría el año de 1850 cuando Martín Gil y su banda de gavilleros —hombres curtidos por el sol y la injusticia— juraron vengar los abusos de los poderosos. Con rifles "lozadeños" y machetes afilados con rabia, asaltaban cargamentos de oro y plata que viajaban desde las minas de Bolaños hacia Guadalajara.

El golpe definitivo ocurrió en el Cerro del Sombrero:
  • La emboscada: atacaron a soldados y arrieros al amanecer, amarrándolos con cuerdas de ixtle mientras robaban 30 cargas de metal precioso.
  • El entierro: cavaron una fosa de 8 metros bajo tierra, sellándola con sangre de mulas sacrificadas para borrar el rastro.
  • El mapa maldito: dejaron un documento cifrado: "Cien pasos hacia el sol naciente, cincuenta donde la sombra besa la roca...".
II. El pacto con la muerte.
Cuentan que Martín hizo trato con el Diablo:
Las armas "flamantes": fusiles que nunca se atascaban, incluso bajo la lluvia.
El precio: cada moneda robada llevaba grabado el rostro de sus víctimas.
La traición: Casimiro Hernández, un mayordomo sobreviviente, los delató ante el "míster Charles" —patrón extranjero de las minas—.

III. El ocaso del gavillero.
Martín Gil terminó sus días en Guadalajara, pero su leyenda creció:
  • El tesoro escondido: en Temoaya, 40 cargas de plata yacen bajo una mezcla de tierra y sangre, protegidas por maldiciones.
  • La advertencia: quienes excavan en el Cerro del Tesoro, encuentran monedas que queman las manos.
  • El legado: corridos como "Los Siete Buendía" —nombre clave de la banda— aún se cantan en los ranchos.

IV. La maldición que perdura.
Testimonios modernos alimentan el mito:
  • Fantasmas en la sierra: jinetes sin cabeza que galopan cerca de Bolaños.
  • El llanto de las mulas: sonidos que emergen de cuevas selladas al mediodía.
  • La advertencia de los viejos: "Si ves una moneda con el sello de los Buendía, entiérrala... o tu sangre sellará la próxima fosa".
V. Epílogo: ¿Verdad o ficción?
En 2018, buscadores de tesoros usando detectores de metales en el Cerro del Sombrero hallaron clavos oxidados y restos de ixtle, pero ninguna moneda. Los abuelos de Temoaya sonríen: "El oro solo aparece cuando la luna está negra... y nadie vive para contarlo".

Martín Gil es más que un bandido: es un símbolo de resistencia y tragedia en la historia jalisciense. Su leyenda, entre balas y maldiciones, refleja el México donde la justicia y la venganza se confunden bajo el sol de la Sierra del Tigre.
Secretaría de Cultura de Jalisco. (s.f.). Leyendas y personajes populares de Jalisco.

Historia contada con mayor detalle en: Historia relatada con mayor detalle y datos.
García Pérez, H. (Comp.). (2003). Leyendas y personajes populares de Jalisco. Secretaría de Cultura, Gobierno del Estado de Jalisco.


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